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sábado, 11 de abril de 2015

RE05 La instantánea

Click!!!

Una preciosa imágen del mar embravecido quedará muy bien en Instagram. Así mi familia sabrá que tengo buenos ratos de ocio y que conozco sitios preciosos.

Click, click, click!!!

Una ráfaga de instantáneas dan vida a una ola que se rompe en millones de gotitas contra un muro de roca que está a escasos metros de mi posición...

  - "¡¡¡Fantástico!!!", pienso para mí.

Pienso en buscar otra ubicación. Estas rocas están haciendo que mi día libre sea divertidísimo.
Vuelvo por el sendero hasta donde dejé mi coche. Hay otro vehículo aparcado a su lado. Seguramente será de alguna parejita que ha decidido pasear y buscar un lugar romántico para pasar la mañana... ¡¡¡Cómo recuerdo aquellos días!!!.

Busco otro sendero que me guíe hasta otro punto estratégico y me ofrezca buenos encuadres y espectáculo del bueno...
Creo que sí. El sendero parece meterse en una zona bastante pedragosa y muy atractiva.

Llego al final del sendero y descubro a una chica que está tomando fotos con su móvil. Supongo que su novio no andará muy lejos.
Me percato de que se está exponiendo mucho a que una ola fuerte la empap... Sí. Una ola acaba de mojarla por completo. La situación es cómica. Un grito de rabia resuena en todo el pedregal...
Yo, por más que intento contenerme, exploto en una carcajada contenida, pero audíble por efecto del eco. Ella se vuelve y me mira, con esa forma que tienen ellas de mirarte cuando están deseando agarrarte los huevos y apretártelos, hasta que caes al suelo y te retuerces de dolor... Así me miró ella.

  - " Te has expuesto demasiado. Acabaría pasando tarde o temprano", intenté argumentar infructuosamente mi risotada, a la vez que sacaba una toalla pequeña de mi mochila. Se la ofrecí.
  - " Tu novio no debería descuidarte tanto", le dije en un nuevo intento de disculpa.
  - " He venido sola", me informó.

Me mantuve callado un buen rato hasta que me decidí preguntarle:
  - " ¿Me enseñas tus fotos?".

Ella, aún secándose su cobriza melena, cogió su teléfono y buscó en la galería de imágenes las últimas fotos. Señaló una y me la acercó. Era de la salida del sol. Una imagen perfectamente encuadrada y con un predominante astro, que me devolvía a mis recuerdos de estudiante, cuando veía los amaneceres primaverales desde el laboratorio de física del instituto.
  - " Eres muy buena fotógrafa", le dije en un nuevo intento de motivarla.

Sus ojos me miraron y expresaban gratitud. Se le dibujó una sonrisa en los labios... Labios a los que no había dedicado mi atención, y que se hacían tiernos y rosaditos a cada segundo que pasaba. Quería sacar la cámara y fotografiar aquella sonrisa, aquél pelo movido suavemente por el viento, aquellos ojos brillantes, que pasaron de mostrarme odio a mostrarme ternura... Sin querer, me mordí el labio por dentro... y ella se acercó más a mí, hasta que dejó de haber distancia... Nos besamos.

Sin despegar mis labios de los suyos, mis dedos quisieron tocar su rostro y su pelo. Podía tocarla, era real. No me había quedado dormido como en otras ocasiones, esperando el momento perfecto para tomar la captura. Ése era el momento... y lo estaba disfrutando, estaba despierto de verdad.

Dejamos de besarnos y ella se despegó de mí. Recogió las pocas cosas que traía consigo y me rodeó sin decir nada más.
Antes de que fuese demasiado tarde, cogí mi cámara, la encendí, apunté hacia ella y grité:
  - " ¡¡¡Espera!!!"

Ella se volvió y yo disparé una última vez...

Click!!!

Bajé la cámara despacio y me quedé como anonadado mirando cómo volvía a girarse, y proseguía camino por aquél sendero hasta que la perdí de vista.

Miré aquella última instantánea durante varios minutos. Me parecía perfecta.

Volví por aquél sendero buscando sus huellas marcadas en el barro. Cuando llegué donde estaba mi solitario coche, dejé mi mochila en el asiento del acompañante y metí la tarjeta en la ranura. Tenía el dedo en el botón de arranque cuando un pequeño papel blanco, aprisionado en el parabrisas, comenzó a moverse...
Bajé del coche y cogí el papel.

Una dirección manuscrita aparecía junto a una pregunta:
  - " ¿Me enseñas tus fotos?"

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